domingo, 26 de septiembre de 2021

Actividad 3. Preguntas con o sin respuesta

 



Querido curioso. 

¿Siempre tuviste claro qué querías ser de mayor? ¿Recuerdas las veces que te lo preguntaron cuando eras pequeño (o quizá no tan pequeño)?

En mi caso, habría que preguntar a mis padres, si se acuerdan, qué descabelladas profesiones me hubiese gustado desempeñar en el futuro. Creo que la de ser "profe" siempre estuvo entre mi TOP 3. También estaría la de ser cantante, periodista, cocinera (después de ir a un curso de cocina en verano).

Desde luego, al hacerle esta pregunta a un niño de 5 años, buscamos conocer sus aficiones, sus gustos o sus referentes. Pero... ¿qué ocurre si esta pregunta se la hacemos a un chaval de 16 años a punto de tener que elegir la rama en la que estudiará el Bachillerato, la FP o qué rumbo tomará su vida laboral? ¿Qué ocurre con aquellas personas que ni en el Bachillerato tienen claro a qué dedicarán sus próximos años? ¿Se habla lo suficiente en el aula y en el entorno familiar de la pareja pasión-oportunidades? 

Pero querido lector, no pienses que esta pregunta se les hace solo a los niños, no. También se nos hace a los adultos que estamos dentro del mercado laboral con preguntas como: ¿dónde y cómo te ves en X años?

Siempre he pensado que esta pregunta da alas a quien la recibe para soñar con ideales sobre lo que podríamos denominar "el trabajo de tus sueños" y da demasiadas pistas a la persona que la emite ya que puede establecer juicios de valor erróneos. 

Venga, voy un paso más allá, ¿qué buscan las empresas del futuro en un candidato?

3...

2...

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COMPETENCIAS 

Para ponerme un pelín técnica, si me lo permites, las competencias son la convergencia de las habilidades, las capacidades y los conocimientos que una persona tiene para cumplir eficientemente determinada tarea. 

Ahora bien, ¿cuál sería mi ideal genérico sin entrar en materia didáctica de mi rama para fomentar esas competencias en las aulas?

Haciendo a las personas flexibles y poco resistentes a los cambios, fomentando la creatividad, generando debates, haciendo que la gente pierda el miedo a la realidad que hay fuera de las aulas, agendando seminarios sobre el entorno laboral en etapas educativas más avanzadas, trayendo expertos en contratación que nos hablen de sus experiencias. Sin poner etiquetas ni profesiones específicas. 

Me atrevería a decir que nadie, tras estudiar en cualquier nivel, sale preparado para afrontar la vida y un nuevo escenario laboral. Todo se aprende, más o menos rápido, si proyectamos en nuestra mente la palabra adaptación. Si somos capaces desde las aulas de impulsar la búsqueda de soluciones, evitaremos en el futuro la frustración de todos aquellos a los que les digan que el plan A ha fallado, que el plan B está empezando a hacer aguas y que el plan C está fuera de las capacidades económicas de la empresa.

Y desde luego, no será fácil encontrar la solución D al principio. Tardaremos siglos. Pero si nos acostumbramos a flexibilizar los cambios, poco a poco conseguiremos tener una mente más abierta y ágil para poder, sin miedos, ofrecer alternativas. 

Y recuerda: ninguna pregunta es absurda. 

Ah, y si me preguntas ahora qué quiero ser de mayor te diré que quiero ser FELIZ 👩

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1 comentario:

  1. El padre de un buen amigo, trabajador de alto rango en una multinacional quien participa activamente en procesos de selección, me dijo hace tiempo: ‘El título que presentas en una entrevista, sea el que sea, solo demuestra que eres capaz de APRENDER. Si gustas y deciden contratarte, ellos se comprometen a ENSENARTE porque confían en que tienes la capacidad de APRENDER.’.

    Me parece que se relaciona bastante bien con el párrafo donde hablabas de ADAPTACIÓN. Es bastante común escuchar frases como ‘no aplico nada de lo estudiado en mi día a día’. Y es verdad, lo comparto. Ahora bien, tu título, sea el que sea, demuestra que eres capaz de aprender las particularidades de tu nuevo trabajo. Y eso requiere, por tanto, habilidades y conocimientos de adaptación.

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