viernes, 24 de septiembre de 2021

Actividad 2. Perdamos el miedo al feedback.

Querido lector. 

Si me lo permites... (y si no, también) me gustaría aprovechar este nuevo post para hacer una reflexión que extraigo de uno de los artículos que Xoán ha compartido con nosotros esta semana en clase y que os dejo por aquí por si lo quieres consultar: Uno de cada cinco jóvenes españoles ni estudia ni trabaja: los 'ninis' superan la media de la OCDE | España (elmundo.es)

Pese a que el artículo es de 2018, recientemente la misma autora ha podido compartir con sus lectores, algún que otro artículo sobre la situación actual, en este 2021 tan convulso, donde arroja que los datos no son mucho más esperanzadores que los del artículo del cuál me dispongo a hablar. 

Para "spoilearos", os diré que el artículo habla del resultado del informe Panorama de la Educación que la OCDE realizó por aquel entonces y del que podemos extraer datos tan significativos como que el 34% de los jóvenes no tenía el Bachillerato o en otras palabras, el fracaso del sistema español a la hora de hacer atractiva la oferta post obligatoria. 

No quiero caer en la trampa y analizar cuestiones que buenamente (o malamente como diría Rosalía) podríamos discutir, como "cuña'os de la educación". ¡NO! Voy a trazar dos ideas que he extraído del artículo y me gustaría que compartieses conmigo cuál es tu punto de vista. 

La primera y que enlazaré próximamente en otro de mis blog es la respuesta de Francisco Michavila (consejero de Educación en representación de España ante la OCDE, la UNESCO y el Consejo de Europa) a la pregunta "¿Por qué se repite tanto en España?". Pues bien, según él, nuestro sistema es poco imaginativo, los profesores dan clase y los estudiantes se limitan a pasar el examen, lo que hace que los alumnos, entre medias, pierdan el interés. ¿Realidad aplastante?

Desde mi muy humilde opinión y sin destripar la fórmula de la Coca Cola con ello te diré que el problema de base viene de cómo se ha interpretado el proceso y el producto. ¿Estudiamos para aprobar? o ¿estudiamos para aprender?¿Existe un fin común en el aprendizaje?¿Hacemos el proceso atractivo para los estudiantes?¿Pedimos feedback a los alumnos para sacar patrones y captar su atención?¿Cuál es la flexibilidad del programa, departamento, centro educativo, sistema etc. para innovar?

Espero que, al finalizar estos meses, pueda dar respuesta algunas estas preguntas en alguno de mis post como síntesis o como crítica común. Por el momento, podría seguir planteando preguntas para responder y reforzar la opinión del bueno de Michavila. 

Como segunda idea está la cuestión que atañe a las horas lectivas de nuestros profesores. Pues bien, Michavila explica que, el concepto de "seniority" tiene un papel muy importante en la educación en otros países. ¿Esto qué significa? Que los docentes veteranos curtidos en mil batallas, forman a los recién llegados a las trincheras.

¿Qué pienso al respecto? Que es una IDEAZA. ¿Por qué? Porque me imagino, a mí misma, entrando en el aula durante mi primer año, sola ante el peligro, con miles de miedos y millones de experiencias de compañeros bombardeándome, pero nadie que me acompañe de cerca dedicándose a ser mi "buddy", mi mentor, dándome feedback para mejorar.


Por suerte, y gracias a mi trayectoria profesional, he podido comprobar que el acompañamiento de referentes en según qué materia, hace que los nuevos integrantes se sientan seguros y aprendan desde la confianza grupal e individual, siendo capaces de poder hacer críticas constructivas y trazar soluciones a problemas de manera más ágil. ¿Trasladable a las aulas?

Estoy ansiosa por leer tu opinión. Sé buena (o bueno) conmigo, anda. 

Millones. 

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4 comentarios:

  1. Un artículo muy interesante Alba,
    (por cierto escribes muy bien)
    Creo q detrás de todo esto hay un problema no solo del sistema educativo sino del tipo de vida que llevamos como sociedad. La sociedad ha cambiado y el sistema educativo no se ha adaptado. Al igual q en mi opinión realzamos tanto la figura de los niños, les hacemos Reyes, q no se hacen cargo de sus obligaciones.
    Es mi humilde opinión.

    Laura

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  2. Primero de todo preguntas muy acertadas y espero que poco a poco vayas obteniendo respuestas y me las cuentes.
    En mi opinión el sistema educativo en la enseñanza obligatoria es pésimo, los profesores (la mayoría) no se preocupan por el alumnado, van a clase sueltan su rollo y no les importa que los niños hayan aprendido o no, ellos ya han hecho su trabajo. Otro punto importante son los padres, sólo les importa que sus hijos aprueben y no que aprendan y tengan curiosidad por las cosas y fenómenos que les rodea.
    En mi experiencia dando clases particulares te encuentras a padres que al final lo que quieren es el aprobado para su hijo pero les importa pico si su hijo ha aprendido algo o no, o si se le ha despertado la curiosidad por algo o no. Al igual que hablo de los padres también lo digo de los profesores, en alguna ocasión he tenido que hablar con algún profesor porque el niño llegaba a la misma conclusión y resultado pero por métodos diferentes a lo establecido y me discutía que eso no era posible, evidentemente sí lo era y no le quedó más remedio que darle la puntuación que merecía.
    Otro problema gordo es que seguimos bajando el nivel para eliminar el fracaso, esa no es la solución. Hay que trabajar de manera más entretenida y atractiva para captar la atención y el fracaso bajaría sin necesidad de dejar el nivel por los sueldos.
    En fin, acabo de soltar una "chapa" tremenda pero de verdad que este tema me cabrea mucho y ahora que soy madre además me preocupa porque es la educación de mi hija lo que está en juego.

    Ainara

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  3. Mil y una veces hemos comentado en mi círculo de amigos virtuales el grave problema que va a traer para nuestro país esta dejadez de los políticos en cuanto a decidir el modelo válido para la educación.
    Basan su argumento en ideologías casposas con pinceladas de autoritarismo y alineamientos de dudosa validez en lo que realmente necesita el estudiante en su formación previa a lo laboral. El modelo está totalmente obsoleto.
    Pero además de los centros educativos y/o formativos el verdadero caldo de cultivo ha de estar en el hogar. Allí donde el niño ha de ver casi desde que abre los ojos que "todo está en los libros". Si, actualmente también en los dispositivos que pululan por nuestras casas, pero hay que darles unos tips de qué es paja y qué es lo verdaderamente interesante.
    Al principio deberá estar a su alcance aquello que le despierte algún interés por lo conversado en casa o en la escuela.
    Te pongo un ejemplo, en casa de mis padres había una sola enciclopedia ; Álvarez se llamaba y era la que aquellos niños de los años 50 llevaban a la escuela. Ella contenía, ciertamente condensado, lo más necesario para conocer todas las áreas del conocimiento. Las Marías y las otras. Pues esa enciclopedia creo que ya la leí desde el principio al final y al revés unas 15 veces. En aquella época mía de niño no había botes de champú, acondicionador y gel para leer. Pues era el tocho que me acompañaba en aquellas lides naturales. Después mis padres ampliaron con enciclopedias de esas de 11 o 12 tomos.
    Creo que ese interés mostrado y que el hábito de la lectura estaba en el hogar hicieron lo siguiente.
    De aquello que supe me iba a compaña el resto de mi vida (lo de leer junto a mi curiosidad), me propuse que cuando tuviera mi casa llenaría de libros estanterías y muebles. Y así fue. Con mejor o menor éxito logré que en casa lo de "busca en libros que ahí está todo el conocimiento" se ha cumplido.
    Por lo tanto, además de la gran labor de los docentes que han de hacer atractivo el aprender con fórmulas que a los chavales les enganchen, en casa también debemos procurar que el conocimiento esté accesible. Muy.
    No podemos dejar en manos de lobbys de comunicación, plataformas digitales esto tan gratificante que es añadir vida a los primeros años y de los de después. Luego, una vez arriba, que cada quien elija qué hacer con su vida, profesión, pero es deber de todos crear las condiciones para que la estructura del mayor poder de un pueblo - la inteligencia y el talento- no se vean empañada por grandes hermanos, primeros días, tentaciones o bíceps y berzas.

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  4. Poco se habla de los "sisi". Los que estudian y además trabajan. Yo conozco algunos, entre los que me incluyo. Es duro pero reconocido y valorado.
    Por otra parte, comentar que, desde mi visión de estudiante de los años 80 y estudiante reenganchada en 2016, la enseñanza ha cambiado muchísimo. Ahora no se estudia, se aprende como aprobar. Es cierto que estudiar también vale pero hay tanto espabilado, que tiene el método aprendido desde primaria, que en ocasiones, el que se esfuerza se queda con cara de imbécil.

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