¡Querido lector!
Hoy en clase hemos hecho una práctica para concienciarnos de la importancia de tener en cuenta la atención a la diversidad.
Existen muchos tabús acerca de esto y es que, ¿a quién consideramos en la sociedad una persona normal? Si te digo la verdad, yo misma no me considero normal porque tengo, segurísimo algo, que me diferencia significativamente del resto.
Estas diferencias son las que tenemos que detectar. Algunas son más evidentes que otras, desde luego, pero dentro de nuestra tarea, está el poder llegar a todos y cada uno de los alumnos que vamos a recibir con los brazos abiertos cada día, en cada clase.
Hoy, me gustaría hablar sobre algo de lo que se habla en la sociedad en general pero de lo que no se habla excesivamente en edades más tempranas que son los trastornos por depresión y más concretamente la distimia.
La distimia, también denominada trastorno depresivo persistente o distímico, es un trastorno del estado de ánimo similar a la depresión infantil aunque menos severo. El niño/adolescente que lo sufre, tiene síntomas que se podrían asociar a una depresión:
- Afectiva-conductual: presenta irritabilidad, agresión, apatía, tristeza, aburrimiento y culpa. Puede tener ideas de suicidio o relacionadas con la muerte.
- Actividad escolar y cognitiva: disminución de rendimiento escolar, baja autoestima, fobia escolar, falta de concentración y aislamiento.
- Somatización: dolores de cabeza, dolor abdominal, gripes, fiebre, trastornos del sueño...
- Trabajar sobre el aprendizaje emocional de la persona, enseñándole a reconocer sus propias emociones.
- Aumentar su autoestima
- Enseñarle a reconocer sentimientos negativos y transformarlos en positivos o constructivos.
- Acudir a terapias de apoyo e incluso se introducen en la terapia algún tipo de fármacos.
¡Una entrada "top", Alba! Da gusto leerte, lo bien que te expresas y lo clarito que nos lo dejas a los que te leemos. ¡Un saludo!
ResponderEliminar